domingo, 20 de marzo de 2011

Metamorfosis de la Etnografía

Por:
César Jiménez
Luz Yaneth García Salgado
Maritza Cifuentes
Sergio González


Los humanos por naturaleza son seres sociales y sociables, por tanto, generalmente  están en contacto con el otro y/o necesitando al otro, ya sea para comunicarse con algún propósito negociable en el que surgen las distintas relaciones y acercamientos que permiten el descubrimiento de realidades semejantes o diferentes que logran mantener o alejar el propósito de la negociación, ésta, se dada por la calidad del lenguaje que empleen los sujetos pues éste determinará situaciones de dominio y subordinación que permitirán mostrar las relaciones de poder entre los actuantes. El compartir una lengua, una cultura, unas creencias da paso para crear relaciones informales y formales conducentes a asentarse o mantenerse en un lugar común.

El ser humano ha sentido la necesidad de estar cerca del otro desde sus tiempos más primitivos puesto que se dio cuenta que con la ayuda del otro podía lograr con mayor facilidad o menos esfuerzo sus propósitos, al pasar el tiempo este mero instinto se fue formalizando hasta crear grupos, clanes, tribus y sociedades bien estructuradas que mantienen una cohesión bastante llamativa en la que convergen diferentes aspectos sociales, culturales, religiosos, políticos, económicos que son aceptados por la gran mayoría;  sin embargo cabe anotar que en estos grupos sociales subyacen otros subgrupos que mantienen sus particularidades y que muchas veces no tienen nada de parecido a ese grupo mayor que los envuelve, los margina o los anonimiza; las sociedades humanas son inherentes a todas las culturas y para que se mantengan deben existir una serie de reglas que permitan su crecimiento y unidad para perpetuarse y evitar la declinación y por que no decirlo su desaparición.

A  través de todas las etapas que ha vivido y trascendido ha logrado posicionarse como un ser pensante, creativo, político, curioso en el sentido de querer saber, descubrir cómo surgen, se manifiestan lo que luego se convierte en saber, lo ubica como individual o colectivo  frente a las problemáticas sociales, culturales, económicas, etc. que asuma o empiece a investigar y es aquí donde ese ser pensante entra a poner en acción su razonamiento,  así  el ser humano se estudia a sí mismo desde diferentes campos, en este caso el que nos interesa es el de la Etnografía como método de investigación.

La etnografía se ha concebido como el estudio descriptivo de los pueblos, las culturas étnicas, grupos de personas con identidad propia o que comparten ciertas características socio-culturales con el propósito de develar sus comportamientos, pensamientos, vida cotidiana, sentimientos, etc. De acuerdo con el texto “La etnografía. Método, Campo y Reflexividad” de Rosana Guber (2001) dice que la etnografía desde sus orígenes ha atravesado por diferentes avances y/o mejoras que le ha permitido diferenciarse y vislumbrarse como un importante método de investigación.   Bronislaw Malinowski (padre de la etnografía clásica)  fue el primer investigador en salir de la academia y adentrarse en el espacio del grupo de investigación pues era necesario el contacto con los nativos, consideraba que “estando allí” y “sin mediaciones se podía diferenciar la cultura real de la cultura ideal, entre lo que la gente hace  y dice que hace”.

Existen tres teorías que revelan la articulación entre realidad social y su representación textual, la primera tiene que ver con la teoría de la correspondencia, la cual los relatos y descripciones de la realidad equivalen a esa realidad, la segunda es la teoría interpretativa, donde los relatos de la realidad surgen de las interpretaciones activamente construidas sobre ella y la teoría constitutiva que plantea que los relatos constituyen la realidad que estas refieren, en esta ultima se utiliza el concepto de reflexividad, termino introducido al mundo académico por la etnometodología entre los años cincuenta y sesenta.

Para Harold Garfinkel el fundador de la etnometodología, el mundo social se reproduce por la interacción de los actores quienes se convierten en sujetos activos y productores de la sociedad a la que pertenecen, es allí donde el lenguaje juega un papel importante.

El lenguaje tiene dos propiedades: la indexicalidad, que es la capacidad comunicativa de un grupo de personas donde se supone la existencia de significados comunes; y la otra propiedad del lenguaje es la flexibilidad donde las descripciones y afirmaciones sobre la realidad no solo informan sobre ella sino que la constituyen, aquí existe una intima relación entre la comprensión y la expresión, es por eso que finalmente los etnometodólogos comentan que un enunciado transmite cierta información, creando además el contexto en el cual esa información pueda aparecer y tener sentido.

Es importante que el investigador realice el transito de la reflexividad como sujeto que pertenece a otra sociedad que investiga al de la reflexividad de los pobladores, esta acción se logra cuando el investigador se acerca a la comunidad y es aceptado por ella. “En suma, la flexibilidad inherente al trabajo de campo es el proceso de interacción, diferenciación y reciprocidad entre la reflexividad del sujeto cognoscente-sentido común, teoría, uno de los explicativos y la de los actores y sujetos/objetos de investigación.

El trabajo etnográfico de campo como se conoce la labor del etnógrafo implica una serie de técnicas que debe llevar a cabo de manera organizada, objetiva, real, el investigador; éste debe  cumplir con algunas características como la paciencia, ser hábil al empezar la interrelación con la comunidad y al “estar ahí” sobre todo en cuanto se refiere a la obtención de información a través de preguntas las cuales promueven el discurso del “informante”, además es importante ganar confianza con él o ella para poder cumplir con el propósito que se haya fijado el investigador. Como primera técnica encontramos:

1.       La Observación Participante que la podemos ver desde diferentes ángulos: el primero es observar para participar, ésta permite que el investigador entre a la comunidad y solamente observe y tome datos, el segundo es participar para observar  es en  el que el investigador toma un rol “dentro” del grupo y se hace participe de la comunidad lo cual le facilita adquirir mayor información por su contacto socio-comunicativo.  Según el enfoque positivista se presenta una disyuntiva entre Observar y Participar si pretende hacer las dos cosas simultáneamente: El investigador cuanto más participa menos registra y menos observa. El investigador cuanto más observa menos participa y más registra. (Tonkin 1984:218). “La diferencia entre Observar y Participar radica en el  tipo de relación cognitiva que el investigador establece con los sujetos/informantes  y el nivel de involucramiento que resulta de dicha relación”.  La participación implica que el investigador logre mantener la relación con el informante además debe explicarle a éste quien es y cuál es su propósito y así evitar el rompimiento de la comunicación.

2.       La Entrevista Etnográfica “es una estrategia que se emplea para que la gente hable sobre lo que sabe, piensa y cree” (Spradley 1979:9). Para esto es necesario que se cree un clima de confianza para que haya fluidez en el discurso, es importante contar con un informante que hable con la verdad, se recomienda valerse de preguntas triviales para motivar la conversación y luego pasar la preguntas más concretas que logren encaminar el propósito de la investigación; como en toda conversación es muy importante el respeto de ambas partes, en cuanto a las preguntas es necesario tener en cuenta que las respuestas son puertas para nuevas preguntas. Posiblemente al iniciar el preguntario el informante no aporte nada sobre lo que el investigador desea saber, entonces en su avidez está la posibilidad de desencadenar nuevas preguntas que logren llevarlo hacia su objetivo.  A medida que va avanzando el tiempo, días meses, se puede tratar temas más cercanos,  tabúes, conflictivos, comprometedores, etc.  La confianza del informante en el investigador debe darse.  En cuanto al lugar donde se realiza la entrevista éste debe ser en el que el informante se sienta a gusto y libre de presión; con respecto a los encuentros estos no deben ser tan largos porque pueden cansar al informante y sus aportes pueden conllevar a errores.

El investigador en el campo es quien le da forma al proceso de búsqueda de información, más que su papel de investigador, es la herramienta de la etnografía. El investigador no siempre encuentra que en  su búsqueda de información relevante, las personas estén dispuestas a colaborar, debe manejar incidentes, superarlos pero jamás abandonar su propósito; en cuanto a la relación con los informantes, “desde el primer momento se evidencia algunas tipificaciones de rango, poder, cargas morales, status, que permiten trazar las líneas futuras de interacción, cooperación y reciprocidad y por tanto se convierten en vías para observar, participar y entrevistar” (Erving Goffman:1971).  
Según el texto de Rosana Guber en el trabajo de campo etnográfico no se le da cabida a la “emoción” porque manifiestan debilidad puesto que no permite el conocimiento ecuánime y objetivo, sin embargo, aunque este tema no aparece en la teoría si está presente en las autobiografías de investigadores etnográficos.  El rol de la mujer como investigadora en la  etnografía ha sido producto de comparaciones y desigualdades frente al hombre, puesto que los temas de investigación habían sido masculinizadas.  Luego que la mujer logró marcar su género, “ser “mujer” no sería  una anomalía sino un posicionamiento distinto de, aunque equivalente a “ser hombre”, con sus ventajas y limitaciones, sus sensibilidades y sus actuaciones culturalmente posibles. Si en la mayoría de las sociedades existen dominios de habla y de acción típicamente femeninos y masculinos, la información que obtiene una mujer no puede ser la misma que la que obtiene un hombre”. (Haraway 1988) Algunas ventajas que tiene la mujer investigadora es que no suscita desconfianza, además puede lograr información que un hombre no lograría.

El trabajo de campo etnográfico demanda tiempo, sacrificio, tolerancia, esfuerzo, convicción, desplazamiento, sumergirse en una cultura desconocida y establecer negociaciones en las que se reflejan las relaciones de poder entre investigador e informante; es un trabajo riguroso, dialógico, sociocultural que para que trascienda y se mantenga es necesario el aporte de modificaciones conducentes a mejorar la calidad del producto (conocimiento) y a involucrarse en otros escenarios de manera más amplia y compleja como lo propone George E. Marcus en su texto: “Etnografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la etnografía multifocal” (2001).

De acuerdo con el escrito de George E. Marcus, “Etnografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la etnografía multilocal”. La etnografía se ha incorporado en un sistema mundo en la economía política capitalista (MARCUS 1986 y 1989). Dentro de este contexto el autor nos muestra como son analizados los sujetos por diferentes etnografías llevando consigo una fracturación con el significado de cultura. Como consecuencia de esto el análisis etnográfico se ha centrado en nuevas formas culturales surgidas.

Algo similar ocurre con la otra forma de investigación etnográfica, la cual se incorpora al sistema mundo, pero esta vez  a través del capital intelectual donde se estudian objetos e identidades culturales en un tiempo y espacio difuso. (MARCUS).
Se plantea entonces que hay investigaciones que no pueden desarrollarse en una sola localidad, es ahí donde la etnografía móvil sigue trayectorias inesperadas al realizarse en diversos lugares que desestabilizan la distinción, por ejemplo entre mundo de vida y sistema. (Holub 1991).
En este ensayo el autor se centra en las diferentes estrategias de mapeo y en los retos que plantea para los supuestos y expectativas en el mismo método etnográfico. Como un pilar para la etnografía multilocal puede considerarse el capital  intelectual, ya que gracias a este se han tomado ideas y conceptos. Los cuales deben ser acogidos desde caminos empíricos de procesos culturales.
La etnografía multilocal ha surgido de áreas interdisciplinarias que han ido evolucionando a través de los años, como son los estudios feministas, los estudios de ciencia y tecnología y algunas líneas de los estudios culturales (Featherstone 1990; Lash y Friedman 1992). Con los cambios de década se ha ido tomando la tendencia a la etnografía multilocal, como espacios regionales y micro geográficos.

Preguntas para el debate:

  • ¿Al realizar investigación etnográfica en educación, es conveniente realizar observación participante?
  • ¿Cómo los procesos comunicativos actuales (nuevas tecnologías) enriquecen o desmejoran el análisis etnográfico?
  • ¿Que aportes le podría dar la etnografía a la investigación educativa?


 Bibliografía:

GUBER, Rosana. La Etnografía. Método, Campo y Reflexividad. Enciclopedia Latinoamericana de Sociocultura y Comunicación. Norma. Bogotá . 2001

MARCUS, George. Etnografía del sistema mundo. El surgimiento de la etnografía multilocal, En: Revista Alteridades. 2001

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